miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cartas a la mujer tinerfeña: Elena Fortún antes de Celia

Diario La Prensa (05/06/1926, p.1)*
"Después llega la enfermedad horrible y asquerosa[...].Y he aquí otra de las más enormes injusticias: mientras la pobre mujer enferma es recluida en el hospital y no puede salir de él a ejercer su oficio hasta que no esté completamente curada, el hombre que la infectó sigue viviendo libremente, repartiendo enfermedades, casándose y dando al mundo hijos degenerados. Las leyes las hicieron los hombres, que ni siquiera parece que nacieran de mujer."*
Elena Fortún/Wikipedia

Cartas a la mujer tinerfeña
Antes de revolucionar el mundo de la literatura infantil y juvenil con las aventuras de Celia, la niña incorformista y algo repipi de la burguesía madrileña, Elena Fortún (1886-1952) había publicado regularmente en periódicos y revistas. Sus artículos reflejan el compromiso con los ideales renovadores de la república española. 
Tras su estancia de dos años en Tenerife, donde arribó acompañando a su marido militar en 1922, Encarnación Aragoneses Urquijo (nombre real) empezó a colaborar con el diario tinerfeño La Prensa. En él publicó sus artículos durante varios años, algunos bajo el título Cartas a la mujer tinerfeña, como el que encabeza este post.*

Reivindicación de una mujer valiente
Avances del feminismo. La Prensa (30/01/1927, p.3)
Sus textos muestran una actitud combativa y temas absolutamente modernos: denuncia la prostitución como forma de explotación de la mujer, reivindica el papel de la educación en el desarrollo de la ciudadanía, los avances del feminismo y el trabajo de las mujeres, critica las consecuencias de la guerra sobre los más desfavorecidos y los niños, defiende la importancia de la agricultura y la naturaleza, y se opone al maltrato animal.

Elena Fortún escribía desde Madrid, donde destacó por su activismo social y político. Republicana, católica antidogmática y feminista, participó en la fundación del Lyceum Club Femenino Español, una de las asociaciones más famosas y controvertidas de su época. Fue miembro de la Sociedad Teosófica de Madrid y estudió biblioteconomía. A finales de los años 20 comienza a publicar las aventuras de Celia en el suplemento infantil de la revista Blanco y Negro, que pronto edita Aguilar en forma de libro. Al parecer, sus protagonistas están inspirados en la familia de su amiga tinerfeña Mercedes Hernández, con quienes mantuvo una estrecha relación durante su estancia en la isla.

Tras la Guerra Civil se exilió con su marido a Argentina, donde permaneció casi diez años. Allí sobrevivió gracias a sus colaboraciones en prensa y llegó a trabajar de bibliotecaria bajo la direción de J.L. Borges. A pesar de la censura, muchos de sus cuentos se conservaron (y leyeron) en las bibliotecas familiares españolas. 

Ed. Alianza (2000)

Poco después de su regreso a España, enferma y sola, tras una vida familiar marcada por la tragedia, Elena Fortún falleció en Madrid a los 66 años de edad. Celia y la revolución, la obra inacabada que concibió durante su exilio y en el que refleja la vida cotidiana durante la guerra civil, no se publicó hasta 1987. 

Pasaron muchos años tras su muerte hasta que su activismo social y el papel transformador de su trabajo literario para jóvenes y niños fueron reconocidos.



*El texto inicial pertenece a uno de sus artículos en favor de la abolición de la prostitución y en defensa de las prostitutas. Pulse en el pie de las imágenes para acceder a los artículos completos de los fragmentos reproducidos.

Fuentes y más información
ANTÓN, Mª. y MOLERO, J.A.: Elena Fortún (1886-1952). En Gibralfaro, n.77 (julio 2012).
BLAS, M.J.: Elena Fortún y la editorial Aguilar (2013)
CAPDEVILA, N., FRAGA, M. (ed.) El camino es nuestro. Elena Fortún y Matilde Ras. Fundación Banco Santander (2015). Acceso al prólogo de la obra.
CAPDEVILA, N. Elena Fortún (1885-1952) y Celia. El bildungsroman truncado de una escritora moderna. En Lectora: dones i textualitat (2005) p. 263-280. Texto completo.
Documentos RNE: ¿Quién fue Elena Fortún, la autora de Celia? (17/10/15). Audio 55 min.

Localice los artículos de Elena Fortún en los ejemplares digitalizados de La Prensa (Requiere identificación ULL). Encontrará documentos sobre la escritora con texto completo y libre acceso en PuntoQ (ULL) y Dialnet.

Algunos recursos libres sobre mujeres escritoras
ACTAS del I Congreso Las mujeres en el ámbito literario: el estado de la cuestión. Universitat Jaume I (2011). Texto completo.
De maestras y sus lecciones. En Cuadernos del Ateneo La Laguna, n.32 (2014). Texto completo. Nº especial dedicado a mujeres, con numerosas referencias a Canarias.
Escritoras españolas. Portal de la Biblioteca Virtual MIguel de Cervantes.
Las SinsombreroDocumental interactivo de RTVE "con el objetivo de recuperar, divulgar y perpetuar el legado de las mujeres olvidadas de la primera mitad del siglo XX en España".

25 de noviembre: Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres

jueves, 12 de noviembre de 2015

Poesía canaria actual: una recomendación de lectura (I)

En los últimos años han visto la luz, tanto dentro como fuera de las Islas, una serie de libros de poesía de gran calidad, escritos por autores y autoras nacidos en Canarias, que sin temor a exagerar pueden alinearse con lo mejor de la producción poética española contemporánea. Salvo algunas excepciones, lo más seguro es que el lector medio no los conozca, razón que me ha impulsado a seleccionar unos pocos y comentarlos muy brevemente con el objetivo de realizar una recomendación de lectura, tanto más necesaria en un espacio como el nuestro, en el que el número de lectores de poesía y el número de poetas suelen por desgracia coincidir.  

Sin más preámbulo doy la relación de libros, ordenados de forma cronológica según el año de publicación. 

Arturo Maccanti es el único poeta de los aquí nombrados cuya obra está ya cumplida debido a su reciente desaparición, además de originarse —junto a la de Lázaro Santana, Eugenio Padorno y Andrés Sánchez Robayna— en otro momento histórico, en otras coordenadas temporales. Su libro Óxidos, escrito en el último tramo de su vida, no es sin embargo en absoluto inactual. Publicado hace ya doce años, Óxidos es, en mi opinión, el mejor libro de poesía de Arturo Maccanti, aquel en el que su poesía directa y expresiva es quintaesenciada sin perder la honda delicadeza que la caracteriza. Remito al lector a la entrada publicada en este blog bajo el título de La copa de silencio de Arturo Maccanti, escrito con motivo de la muerte del poeta en 2014, porque condensa todo lo que podría decir aquí sobre este libro y, en general, sobre su obra poética.

Cariátides fue publicado en 2007, y aunque con posterioridad a esta fecha Iván Cabrera Cartaya ha publicado cuatro libros de poemas, igualmente recomendables, esta obra puede ser considerada una de las más sólidas y estimables del poeta. Cariátides, como en general la poesía del tinerfeño, es una obra atravesada tanto por el deseo profundo de indagación en la naturaleza como por la búsqueda de la unidad a través de la belleza del mundo. Ambos movimientos confluyen, en ciertos pasajes de Cariátides, en una contemplación casi extática del paisaje; así sucede en «Lector de mitos», o en el que lleva por título «Escenas sobre el mar». En este último texto se afirma un deseo de unión con lo contemplado que enraiza con la poesía de Juan de la Cruz, Cernuda o Rilke, tres poetas que están en la base del trabajo poético de Cabrera Cartaya.

El motivo central de la obra poética de Eugenio Padorno —que se ha mantenido fiel a la línea más meditativa de la lírica de raíz simbolista, cuya matriz aloja el cuerpo entero de esa obra— es la pregunta por el enigma del ser y del tiempo, la pregunta también por la palabra como aproximación o acceso a ese enigma. En 2010 publicó La echazón, libro que continúa ahondando en esa doble raíz, «en lo dentro / Del afuera de la sobretarde», en versos hechos de contenido fulgor. La palabra de Eugenio Padorno posee una levedad y una hondura que, en este breve e intenso libro, se funden en una afortunada conjunción; honda levedad, sí, de la palabra, que a nuestro juicio lo convierte en uno de los libros más notables de los últimos años.

Con El libro de Fabio Montes, el tercero de sus libros publicados, la poesía de Bruno Mesa alcanza una madurez que le avala como uno de los autores más atrayentes y singulares del panorama poético actual. En esta obra el heterónimo del autor tinerfeño busca, en cada poema y casi en cada verso, una inocencia y una pureza (no ingenuas) de la mirada difíciles de encontrar en la poesía canaria reciente. Tal vez no sea superfluo recordar a qué tradición pertenece El libro de Fabio Montes. Es la tradición de la heteronimia, que tiene en Fernando Pessoa su faro más brillante y que constituye en su origen una forma o estrategia de salida de la cárcel romántica del yo. Aunque la enorme sombra de Pessoa pese sobre él, la heteronimia no es aquí una fórmula literaria, sino una forma de acceder a la realidad, al mundo y a los otros, y eso es precisamente lo que distingue a este libro.

La trayectoria creativa de Lázaro Santana rebasa los límites de nuestro breve arco temporal. Desde su primer libro de poemas, Con la muerte al hombro (1963), hasta Partes del tiempo, ha transcurrido casi medio siglo de vida dedicada a la poesía, además de a la crítica de arte y literaria. En esta trayectoria Partes del tiempo constituye, a mi juicio, uno de los mayores logros del autor. Es difícil empezar este libro y no continuar leyéndolo, difícil no dejarse atrapar por una sintaxis alejada de toda retórica, cuyo designio parece ser el siguiente: mantenerse fiel a la mirada, a lo que los ojos miran y contemplan, a la experiencia inmediata del sujeto que habla. Una fidelidad bajo la cual se adivina la gran lección de Cernuda y que constituye en sí misma un esfuerzo de la imaginación creadora en pos de una poesía despojada y esencial.

En Heracles loco y otros poemas el poeta Francisco León proyecta una visión dionisiaca del mundo sobre diversos motivos y experiencias de origen griego, y nos regala un conjunto de poemas que belleza tan diáfana como perturbadora. Podríamos afirmar que Heracles loco... entronca con una línea de la poesía moderna en la que lo «visional» es la materia prima de la que está hecha el poema, una línea conformada por autores como Blake, Rimbaud o Elitis. Sin embargo, la labor creativa de León no deja nunca de lado el principio constructivo de lo poético, que es capaz de fundir con los elementos provenientes de la tradición doblemente hermética (la del hermetismo en general y la del ermetismo italiano en particular) a la que da cabida este libro.

La antología de Andrés Sánchez Robayna, El espejo de tinta, editada por José Francisco Ruiz Casanova, es otro de los libros que recomendaría al lector, que encontrará a lo largo de sus páginas poemas de muy distinta hechura, pero en el fondo unidos por un solo deseo: la lectura del liber mundi. Una lectura entretejida de epifanías que no están fuera del tiempo, una constante búsqueda del instante en el camino, «cuando quietud y movimiento / danzan en la unidad, y solamente / la luz da testimonio de la danza.» Se podrá objetar que este libro no es tal, sino una selección de poemas, y que, además, una obra tan unitaria como la de Sánchez Robayna es muy difícil de antologar, pues muchos de sus poemas más significativos son series de fragmentos que no pueden separarse sin que el poema (o el libro en el caso de El libro, tras la duna) pierdan parte de su sentido. A pesar de ello, el trabajo como antólogo de Ruiz Casanova confiere a El espejo de tinta la textura unificadora de un verdadero libro.

De la tiniebla, de Melchor López, es una obra singular por dos razones. La primera es que esta brevísima pieza constituye el «sueño» de un mirlado o xaxo guanche que nos habla post mortem durante el proceso de embalsamamiento y posterior enterramiento de su cuerpo; la segunda razón, la asombrosa y no evidente sencillez que ha constituido siempre un «principio» estético del trabajo creativo de Melchor López, un principio que puede observarse también en esta plaquette. Desde esa trabajada sencillez, y alejada de todo tratamiento regionalista del tema, De la tiniebla constituye una suerte de escatología canaria en la que el cuerpo aprende a olvidar el mundo y los seres amados, el «calor de la arena y las brasas», a olvidar la memoria, el tiempo y el olvido.

En estos últimos años se han editado, como decía al principio, muy buenos libros de poesía escritos por autores canarios, y hay sin duda muchos más que deberían destacarse junto a los aquí reseñados. Pero no he pretendido ni mucho menos ser exhaustivo, solo recomendar la lectura de unos pocos libros entre los muchos publicados en los últimos diez o doce años.

No es tarea fácil justificar en un párrafo por qué he elegido estos libros en concreto. De modo sumario diré que en todos ellos se respira una relación carnal con el lenguaje —«con las manos se forman las palabras», dijo Valente— que es para mí uno de los signos de lo poético mismo. Por otro lado, en todos estos libros es posible «habitar»; mejor dicho, todos estos libros construyen un lugar que la palabra, en su apertura, hace habitable —algo cada vez más difícil en el mundo de hoy, cuya deriva nos lleva, parece que irremisiblemente, hacia la incertidumbre, la errancia y el desasosiego (tal vez necesarios).

Alejandro Satura


Nota: 

lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Un origen norteafricano común?: Jornadas de Estudios Bereberes de Canarias en homenaje a Antonio Tejera


La Cátedra Cultural de Estudios Bereberes dedica sus próximas jornadas a Antonio Tejera Gaspar, catedrático de Arqueología y Premio Canarias de Patrimonio Histórico. Desde el 9 al 13 de noviembre historiadores, arqueólogos y filólogos expondrán en la Universidad de La Laguna las últimas investigaciones sobre los antiguos canarios y su relación con la cultura bereber.

La existencia del legado bereber es una de las principales líneas de investigación de Antonio Tejera. Analizando las fuentes históricas y los restos arqueológicos, el catedrático de la Universidad de La Laguna ha investigado las culturas preeuropeas de Canarias, sus manifestaciones religiosas y representaciones rupestres, evidenciando su estrecha conexión con África: un probable origen norteafricano común, derivado de los amazihg o bereberes (llamados libios por los griegos), de los primeros pobladores de Canarias.

El investigador crítico
Esta interpretación se opone a las tesis de la historiografía tradicional, que siempre ha defendido la ascendencia europea (mediterránea) de los indígenas canarios frente a las raíces africanas. Es un debate que trasciende el ámbito científico, dando pie a diferentes discursos políticos sobre la realidad de las Islas.

Durante su larga trayectoria como investigador, el profesor Tejera ha publicado obras fundamentales para entender el pasado de Canarias, como las pioneras Los aborígenes canarios (1987) y Las culturas aborígenes canarias (1990) en colaboración con Rafael González Antón. También ha indagado en las diferentes manifestaciones religiosas que se dieron en las islas, en los vestigios culturales rupestres y en los procesos de contacto entre los primeros canarios y las culturas europeas.

Antonio Tejera se ha caracterizado por su defensa del rigor científico y no ha dudado en manifestarse contra la manipulación de las evidencias históricas, como en el caso de las pirámides de Güímar, (que serían molleros del siglo XIX: amontonamiento de piedras para despedregar el terreno), oponiéndose a la utilización “política” de las momias guanches o de la piedra Zanata.
Investigador de los viajes de Colón y sus diferentes estancias en Canarias, Tejera también tomó partido en la polémica campaña por la declaración de Maspalomas como Bien de Interés Cultural y ha participado en la campaña por la conservación integral de Tindaya, en defensa de los valores arqueológicos de la montaña sagrada.

Ed. 2010
Divulgación
La intensa actividad docente e investigadora le hizo acreedor del Premio Canarias de Patrimonio Histórico (2011), pero Antonio Tejera es también un divulgador científico. Conferenciante generoso en jornadas y actos para público no especializado, el catedrático tiene numerosas publicaciones científicas, pero seguramente su mayor éxito editorial sea La cueva de las mil momias. Es una obra que combina ficción y rigor histórico, con un estudio de Tejera y otro del historiador Daniel García Pulido, que se publican junto a la novela del escritor David Galloway. En ella se habla de la mítica cueva de Herques (Tenerife), considerado el mayor yacimiento funerario de Canarias pero cuyo paradero aún se desconoce.


Las Jornadas de Estudios Bereberes de Canarias se inauguran este lunes  con una conferencia que nos llama mucho la atención: Tumultos en el Norte de África con Juba II, el antiguo rey de Numidia y Mauritania del que este blog toma el nombre. Será este lunes 9 de noviembre en el Aulario de Guajara a las 17:00 h. La entrada a las jornadas es libre y el programa promete. No se las pierdan.


Más información:
Puede consultar las obras de Antonio Tejera Gaspar en el catálogo de la Biblioteca Canaria de la ULL, donde también encontrará una amplia bibliografía relacionada con sus temas de investigación (usos y costumbres de los primeros pobladores, momificación y otros ritos, lenguas aborígenes y bereber, manifestaciones rupestres y restos arqueológicos, descubrimiento y colonización de Canarias, etc.). El acceso a la Biblioteca es libre.

Pequeña relación de méritos de Antonio Tejera Gaspar en la página web de la Academia Canaria de la Lengua. También está disponible su discurso de ingreso en la Academia: Las palabras de mi historia.

Entrevista de Cándida Carballo en Gomeranoticias.com, con motivo de la obtención del Premio Canarias (20 marzo 2011).